RÍOS
Ampiyacu, Putumayo y Yashuyacu. Existe población Bora en Colombia, donde se le conoce bajo esa misma denominación. Se encuentra establecida principalmente en la cuenca de los ríos Caraparaná, Caquetá e Igaraparaná, estimándose una población de 1940 personas.
SÍNTESIS HISTÓRICA
La historia de los Boras está estrechamente ligada a la de los huitotos con quienes comparten juntos con los Ocainas, Resígaros y Andoques muchas características culturales. Originalmente asentados en las márgenes de los ríos Caquetá en Colombia; fueron llevados fuera de su lugar de origen por los patrones caucheros, sufriendo la violencia organizada de la era del “Boom”. Así en poco tiempo sufrieron una baja demografía considerable.
En 1934 después del conflicto peruano-colombiano, un patrón trasladó un importante número de familias boras de la región Igaraparaná-Caquetá en Colombia al rió Ampiyacu en Perú, en terrenos que habían sido previamente ocupados por otros grupos indígenas.
Gracias a la mejor atención médica brindada a partir de la séptima década disminuyó la mortalidad infantil, y para 1975 se estimaba en nuestro país su población podrí estar entre 1000-1500 personas.
Los Boras se están incorporando rápidamente a la sociedad peruana a través de la acción misional y particularmente comercial, debido a los circuitos económicos generados entre el centro poblado de Pebas y la cuidad de Iquitos. Sin embargo mantienen importantes elementos de sus patrones culturales y de subsistencia.
ORGANIZACIÓN ECONÓMICA Y POLÍTICA
Los boras en la región han tenido una adaptación milenaria al medio ambiente amazónico que ha redundado en la acumulación de un acervo inmenso y muy valioso de conocimientos sobre las mejores formas de utilizar los recursos naturales sin destruirlos.
A nivel agrícola practicaban la horticultura de tumba, quema y siembra de yuca brava, ñame, piña, tabaco, caña, plátano, aguacate y otros productos. Después de 2 o 3 años abandonan el cultivo y la regeneración natural del bosque inicia su proceso.
Practican la caza y la pesca de fauna terrestre y acuática, compartiendo el producto de estas actividades al interior de los grupos residenciales y parentales. De acuerdo con una mitología que establece pautas de manejo de estos recursos, evitan destruir las poblaciones de fauna mediante un uso regulado de las mismas.
Del bosque extraen diversos productos utilizados para la construcción de viviendas (malocas y casas sobre pilotes), cestería, canoas, utensilios diversos (flechas, remos, pilones, barro para cerámica); productos vegetales y animales para alimentación (miel, larvas, cogollos de palma, frutos diversos); elementos rituales (plumas, tinturas, inciensos, bancos ceremoniales, macanas, collares); productos medicinales (anticonceptivos, antiofídicos) y otros.
Por otro lado, los boras aseguran su subsistencia a partir de una utilización sostenida y diversificada de los recursos naturales del área, fundada en un conocimiento de la distribución espacial y oferta temporal de los mismos.
En la medida que todavía conservan los rasgos fundamentales de su cultura tradicional, garantizan su supervivencia y la conservación del frágil medio ecológico que habitan.
Cada una de las familias boras posee una chacra que es una porción de terreno destinada a la horticultura en la selva tropical, de pequeña extensión de una a dos hectáreas de tipo itinerante, y en la cual se cultivan productos de sustento. La chacra es cultivada y atendida principalmente por la mujer, siendo los principales cultivos la yuca, plátano y maíz. La economía de subsistencia se incrementa con la recolección de frutos y con presas obtenidas en las actividades de caza y pesca.
Las oportunidades de empleo para los indígenas son muy escasas y, en muchos casos, el incremento de cultivos ilegales ha ocasionado cambios en los patrones culturales aborígenes, tal como sucedió en tiempos de la Casa Arana, con la explotación del caucho y la comercialización de pieles.
En el plano político estas comunidades giran en torno a la maloca, habitación de un clan de descendencia masculina, a cuyo interior se dan relaciones de consanguinidad; de igual manera suelen mantener el dominio de algunas quebradas o ríos, para tener acceso a los sitios de cultivo, caza y pesca. Actualmente se encuentran organizados conforme a sus costumbres.
El cabildo es una corporación de carácter especial para indígenas que gobierna y representa una parcialidad de acuerdo con sus usos y estatus.
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